Me da mucha pero MUCHA envidia cuando llega alguien a contarme sus sueños. Hubo un tiempo en el que no recordaba lo que soñaba, entre el 2003-2007, fueron años frustrados porque realmente no recordaba nada, ahora sueño pero que viajo sobre el cielo, de noche y veo letreros envueltos y los planetas, pero no con estrellas de personas.
Estrellas, artistas, cantantes, escritores, gente famosa pues. Nunca he tenido uno así. Hace unos años Claudia soñó con Thom Yorke y que venía al Paseo Bravo a tocar, lo mejor: hablaba con ella y en español jajaja; cuando Mir sueña con Alejandro Sanz que es su novio; tal vez los sueños de Malena con Iggy (Igy) Pop; creo Rafa soñó con Kurt Cobain y estuvo triste por días porque lo soñó llorando o Paco con Maynard y la entrevista. Malditos me da envidia que sueñen y sueñen y los vean y sean parte de su vida. Los envidio por poder recordar.
Dicen que todos soñamos pero no siempre recordamos, que los sueños son sólo pequeños flash, como diapositivas, que soñamos durante toda una noche muchas veces el mismo sueño. Maldito cerebro el mio (como no recordar el número telefónico de mi casa, pero puedo memorizar datos de páginas). ¡Quiero recordar lo que sueño! y saber si alguna vez soñé con alguien que me gustara.
Después de muchos meses, sentada en este escritorio, me doy cuanta que convivir con las mismas personas por muchas horas las convierte en parte de tu vida. A algunas las ignoras por motivos obvios, otras se convierten en personajes y frases. Todo esto es como un torbellino de pequeñas historias. Cada momento y cada instante: desde el pin-pon de escritorio, la maquina de refrescos que te devuelve en monedas de 50 centavos 10 pesos o cuando se come tu mano, la impresora con sus manchas amarillas y los mensajes ocultos, la red que te permite compartir infinidad de información (bueno ya no tanta), sistemas de educación, amaneceres con olor a tinta, errores, ortografía, luz ahorradora colgando del techo, llantas ponchadas, extraños que entran y salen.
Y cada vez que veo pequeñas demostraciones de amor entre bandas viene la nostalgia de querer tocar: compartir tus tardes y la comida, crear canciones, melodías, ritmos, imágenes, sonidos, programaciones, los abrazos, las bienvenidas y las despedidas, carros, dulces, acostarnos mientras pensamos como resolver el siguiente compás, tocar para alguien, pruebas de sonido, colores, videos, grabar de noche, sampleos, pianos para la voz, arreglar los coros, viajes de noche por carreteras, cafés en la nada, bebidas escondidas en las chamarras o en las botas, artículos individuales, pequeños supermercados de madrugada, amantes, luces y humo, amor, esperanza, la buena vida tocando y los hoteles, la juventud.