En este momento lo escribo en pasado pero en realidad sigue abierta la ventana de Facebook.
He decidido abandonarlo, no sé si será definitivamente. Debemos ser honestos: todos pasamos tiempo inmerso en esa masa amorfa y todos nos creamos un mundo (todo aquello que queremos aparentar: salud, buenas costumbres, amor, familia, etc.).
Todas las generaciones se forjan sobre su propia neurosis, ¿ la nuestra? El aburrimiento y la soledad. ¿Qué pasa cuando estamos expuestos a estas dos condiciones? Corremos contra la pared hasta estrellarnos y ver una pantalla, parece que la vida ya no existe allá afuera.
Mis razones personales son cuatro (de menor a mayor):
1. Detesto la gente que inventa su vida en redes sociales y se crea una estabilidad. Lo triste de todo eso es que yo conozco su vida fuera del pixel.
2. Los pesados comentarios y la catarsis de las personas. Yo misma estoy ocupando el blog jajaja.
3. Me quita tiempo. Y cuando debes sobreponer tu tiempo real contra el tiempo de una vida paralela, prefiero vivir afuera (sigo escribiendo acá).
4. La comunicación. Parece que el único medio donde te pueden contactar tus "amigos" es Facebook. ¡¡También existe un aparato que se llama teléfono!! O ¡¡Tu casa!!
En fin, espero que mi abstinencia de Facebook dure por lo menos hasta que termine mi investigación en la universidad. Creo esa es mi mayor razón.
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