Existen momentos, detalles que pueden detonar tu memoria, algunos sentidos son más fuertes que otros y dominan tus instintos. La lluvia y el frío. Escuché que empezaba a llover y recordé tu cuarto de ladrillos, en el último piso de tu casa. Recuerdo las noches de esos años tranquilos, ahora los recuerdo con gran nostalgia, recuerdo ese frío que se sentía, el aire que volaba tiernamente las cortinas de tu ventana, muchas veces me quedaba mirándolas tratando de quedarme con ese instante, sabía que iba a terminar, que pronto tendría que irme. ¿Te acuerdas? Tal vez no, ahora sueño contigo y cada vez eres más lejano. Tal vez encontraste esa estabilidad y el buen amor. No dejo de escuchar la lluvia, no es algo que me dejará tranquila por hoy, espero un día ya no recordarlo. Quisiera contarte todo y lo mal que me la he pasado. Llueve y ojalá se detenga. Llueve y ojalá regresaras.