lunes

Casa Nueva



Para Rafael J G que no le gusta el papel tapiz



























"Interior of 30 Strandgade", Vilhelm Hammershøi.


-Deberíamos poner papel tapiz en esta casa, en especial en el cuarto, la luz de la tarde es increíblemente blanca, así mataríamos un poco ese brillo, sabes que las luces blancas no son de mi agrado.

-¡Aggg no! ¿Papel tapiz? no me gusta el papel tapiz, es fácil de poner pero difícil de quitar, aparte guarda animalitos. Podríamos, si quieres, pintar el cuarto, pero ¡papel tapiz no! aparte es como de viejitos ¿no crees?

-¡Oh! pero es que vi uno muy bonito de flores.

-No no no no no no Susana luego vas a querer decorar toda la casa como si vivieras sola ¡No! y no vamos a empezar una pelea por papel.

-Bueno, está bien tú eres el diseñador de interiores (en tono sarcástico)

-¡Arquitecto! ¡Susana! (tono modal que ha tenido toda su vida)

Días después ella estaba orgullosa del papel tapiz de la habitación y mientras leía una libro se sentía triunfadora como buena mujer de su casa y de su espacio. No podía dejar de ver el papel tapiz de pequeñas flores campestres. No sabía en lo que se había metido conforme los meses pasaron.

Una noche mientras dormían ella escuchó un ligero pisar entre la pared y su cabeza, el cual tontamente ignoró mientras creía que soñaba con el mar. Pasaron unas noches más y un día mientras aspiraba las esquinas del cuarto un pedazo de papel tapiz estaba despegado, apenas del tamaño de una uña, sucedió lo inevitable: El aire de la aspiradora levantó el papel tapiz y se llevó un buen tajo y justo en ese momento cientos de animalejos repugnantes junto con sus crías, huevecillos y suciedad saltaron sobre la cama en un vaivén (como confeti), sintió un asco interminable, de esos que hacen a uno marearse y vomitar. Vomitó, obviamente, después de ver terrible espectáculo animal. Muy en el fondo siempre supo que él tenía razón pero, por naturaleza, ella siempre que tiene una idea debe realizarla y verla concreta sobre todo sí es algo físico.

Días después él tuvo que quitar el papel tapiz (de malas) sin ayuda de ella.

Semanas después el cuarto lucía un bonito color nuevo y de paso pinto una pared de color negro en la cocina como él siempre quiso.

Ella decidió comprar unas cortinas, él estuvo de acuerdo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahh este está bien chido!
bueno todos, pero este en especial me gusto mas!
Escribiele mas seguido pa que lea ;)

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