Ese calor que sabe a enfermedad, me atormenta durante la madrugada, no me deja dormir, no me mantiene despierta, trabajo atrasado, pendientes por aquí y allá. Empieza el año y tengo un mes encima. Las palabras no descansan: pájaros vuelan encima de mí, parvadas completas guían el camino, un poco más, estoy casi lista. Escucho mi nombre gritar desde el fondo del cuarto, me visita y culebrea entre los pensamientos, 'que se coman a sí mismos', ese debe ser su final, "no pienses en nada, sólo cruza la calle, sigue caminando". Arena, todo sabe a arena, polvo y trozos de coral. Corre.
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