lunes

Diablo

Estaba a mi izquierda, un lado siniestro, alrededor de las seis de la mañana, apenas amanecía. Fijo en mi ojo su color azul pastel, brillante como referencia en un mapa: "pude reaccionar al verlo".

Se ve todo como un sueño, giro que se convirtió en bruma, quise alargar el tiempo para saber qué era: "soy culpable de mi infierno". Avancé un poco más y comencé las sentencias en otra lengua.

Tuve que voltear, sin rostro y con figura triangular, carne quemada que me hizo un gesto, estaba ahí, sólo para mí, sin nadie como testigo, amanece en su espalda. Frío, parpadeo, camino.

Tiemblo. Su visita es un punto álgido en mi vida: ¿es un llamado? ¿quiere hablar conmigo? ¿esto es un sueño? ¿por qué ahora? ¿por qué no antes? ¿qué es lo que quiere? ¿es una alucinación? Si fuera un eco de mi mente no hubiera sentido ese hueco en todo el tronco, sentí que podía irme hacia adentro: "quisiera reír al verlo, ¡cómo estalla al mismo tiempo!".

Mi vida ha cambiado para bien, ahora lo pienso como esa sentencia: "todo bien atrae el mal para ser tentado". No dejaré que me arrastres, no quiero nada de eso, no pienso hacer trampa para conseguir lo que quiero. Tengo en las entrañas lo que necesito para hacerlo, lo conseguiré por mí misma, sin aquello que quiere arrastrarme. No tendrás nada de mí, no te metas conmigo. 

Parar, reiniciar.


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