Me preguntas cómo me siento. No lo sé. ¿Me contestas o te contesto? Siempre es arriba, y cada vez más grande. Respirar es difícil, siempre hay alguien que ocupa su lugar: está ahí mirándome desde arriba, sí es ello, esto.
Se ríe de mí, me aprieta y me dice que todo estará bien. No quiero. No quiero. No quiero.
Está conmigo y contigo y con nosotros. ¿No te parece maravilloso? Un mundo en tu ojo derecho, otro en el izquierdo. Todos juntos en un camino que se acorta, que te invita a pasar.
Acepta, uno, dos, tres, cuatro, ¿puedes verlo? ¿Por qué te sintes sola? Siempre estuvimos contigo, sólo necesitabas llamarme, cuatro, tres, dos, uno. Acepta.
No, no te estás volviendo loca.
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