¡No dormí nada!
Mientras desayunaba mi papá de manera atormentadora me contó del cálido sueño con sábanas delicadas y almohadas en forma de nube, las cobijas afelpadas de cariño y el tibio algodón del tejido de su pijama.
Voy para dos días sin dormir, tal vez uno y medio porque antier dormí sólo unas dos horas. Todo tiene un nuevo tono, como tener agua en los oídos. Tengo dolor de cabeza, la espalda se arquea.
Pero valió la pena, terminé de escribir todo lo que tenia que escribir. Los resultados fueron los esperados, tal vez mejor de lo que creía. Debo volver a plantear algunos puntos, leer lo que falta e ir otra vez al D.F. (yo creo el miércoles).
Vivir (deambular) con sueño es una experiencia única, todo es más lento, con un nuevo significado.
Imagíname en una vista central donde "cabecear" es la acción perfecta, en pijama, con ropa, sin ropa, en la regadera, en la calle, en la cocina; todas las escenas con el mismo aspecto y siempre alerta después del movimiento.
Dormir en cualquier lugar y en cualquier posición, no estoy para lujos, pienso en las miles de formas de acomodarme: en el piso como un pequeño perro familiar, en un carrito de supermercado, en el clóset parada entre la ropa (colgada como un vestido), en la orilla de la playa y sentir como el agua rebota, en lo alto de un poste de luz abrazada mientras los niños me tiran piedras porque creen que estoy loca, en un columpio de algún parque abandonado donde alguna anciana corre cuando está a punto de meterse el sol, entre un maizal y sentir como las hormigas se meten en mi oreja, en una rama y sentir como mis piernas se duermen al dejarlas colgadas del árbol mientras siento como el tronco acaricia mi piel y las hojas me arrullan con un suave silbido.
Dormir.
1 comentario:
ey
a dormir hoy
por que el jueves beis
nos vemos
dedling
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